Lunes 15 de Agosto de 2011 14:36
Neo Club Press
Una Cuba represiva, donde los medios alternativos carecen de espacios
públicos y la disidencia es penalizada, encarcelada e incluso reprimida
violentamente, fue maquillada por los mass media internacionales este
fin de semana a propósito de lo que se ha dado en llamar "la primera
boda gay" en la Isla.
En un ambiente de fanfarria, bombo y platillos que recordó por momentos
el retratado por la prensa rosa de un país democrático, donde la
normalización de la diferencia es pan de cada día, "la primera boda gay
en Cuba", alabada incluso por Mariela Castro –la hija de Raúl Castro--,
sirvió mediáticamente para instrumentar la falsa imagen de una Cuba más
tolerante y abierta a la disidencia.
La boda, para colmo de las contradicciones, fue catalogada por los
novios, Wendy Iriepa (transexual) e Ignacio Estrada (gay), como un
"regalo" a Fidel Castro en el día de su 85 cumpleaños.
El ex gobernante Fidel Castro, actualmente retirado aunque aún con
capacidad de decisión tras bambalinas, ha sido el mayor represor de la
homosexualidad y en general de toda disidencia y/o diferencia en Cuba en
el último medio siglo, circunstancia incluso reconocida por él mismo en
varias oportunidades.
Según declaró este lunes en su blog Punt de Vista el analista español
Joan Antoni Guerrero, "a la prensa española le interesa más una boda
pseudogay que los proyectos de refundación de la nación cubana
propuestos varias veces por la oposición en la Isla".
"Esta boda fue portada en El País anoche, el mismo periódico que no ha
dedicado ni una sola línea a las demandas del documento El camino del
pueblo ni a ninguna de las circunstancias de la actualidad de los
opositores en ese país, como es la represión, agresiones físicas y
atropellos continuados a todos sus derechos", añadió Guerrero.
"Es una pena que la frivolidad ocupe el espacio de la denuncia de la
realidad cubana en los medios de prensa internacionales", lamentó, por
su parte, el analista y colaborador de Neo Club Press, Carlos Scholkow.
"No nos engañemos, el tratamiento dado a esta boda por los medios
periodísticos dentro y fuera de Cuba sirve más para maquillar la
opresión castrista que para denunciarla".
Mientras tenía lugar la cobertura a la boda de marras, por ejemplo,
decenas de mujeres cubanas, Damas de Blanco, eran golpeadas y vejadas
por efectivos de la policía política en el oriente de la Isla, sin que
apenas se hicieran eco de ello los medios de prensa internacionales.
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