Por Dalia Acosta
LA HABANA, jun (IPS) - La idea nació sola y rápidamente creció como bola
de nieve. En apenas unos meses, más de 100 personas pasaron a integrar
en Cuba una red joven que apuesta por la diversidad propia y la de una
sociedad en la que el machismo y la homofobia se naturalizan y afectan
también a la población heterosexual.
"Soy de los que dicen: todos, todas y todes, para que no se me queje
nadie ni nadie se sienta excluido", dijo a IPS el psicólogo cubano
Yasmany Díaz, el especialista del gubernamental Centro Nacional de
Educación Sexual (Cenesex) que este año asumió la coordinación de la red
social Jóvenes por la Diversidad.
Más que una coordinación, se trata de acompañar un proceso. "El
acompañamiento no puede ser desde adelante, es desde al lado", asegura,
es decir "nada de esquemas ni de patrones". "La juventud cubana de hoy
está ávida de participar, pero de una forma real, sin líderes, de forma
horizontal, enfocada en poder hacer y en el diálogo constante".
"No importa lo que seas", se ha convertido en el lema del grupo que no
distingue a sus integrantes por orientación sexual o identidad de
género. "Basta que seas joven, te sientas joven y tengas ganas de hacer
para ser parte de nuestro grupo", añade el especialista de 26 años que
incluye en su trabajo la metodología de la educación popular.
Jóvenes por la diversidad es solo una de las redes que en los últimos
años se han ido tejiendo alrededor del Cenesex, una institución que
mantiene un sistemático trabajo de sensibilización sobre los derechos
sexuales como derechos humanos. El proceso suma tres grupos de mujeres,
una red trans y Hombres por la diversidad.
Los antecedentes de nuevo grupo se remontan a 2009, cuando el Cenesex
comenzó a trabajar en la Casa de la Federación Estudiantil
Universitaria, una de las principales organizaciones juveniles de Cuba.
A los primeros encuentros le siguieron conferencias, videos debates y
talleres de formación de promotores en educación y derechos sexuales.
Fue en ese momento, fines de 2010 y comienzos de este año, que el
trabajo con la juventud universitaria logró consolidarse y superar,
incluso, las expectativas de los especialistas gracias a una mejor
organización y al apoyo financiero de la Agencia Española de Cooperación
al Desarrollo (Aecid) a un proyecto del Cenesex. En sólo unos meses, se
han sumado estudiantes de periodismo, psicología, derecho, sociología,
geografía, artes y letras, pedagogía, diseño industrial, medicina, de
diversas carreras técnicas y de ciencias informáticas. A la experiencia
se han acercado, incluso, jóvenes de las provincias de Pinar del Río y
Matanzas, ambas en el occidente de Cuba.
"La homofobia afecta a todas las personas, incluso a las heterosexuales,
porque les condiciona con quién puede o no andar. Esta es una lucha por
cambios en la subjetividad humana, contra todas las experiencias
machistas que dominan en la sociedad", aseguró a IPS Ana Lucía Gómez,
estudiante de sociología, de 22 años. Como ella, Antonio Alejo, de la
Facultad de Matemáticas de la Universidad de La Habana, encontró en el
Cenesex la oportunidad de "conocer más y trabajar por una apertura en la
población" en un tema que siempre le había inquietado y que definió como
"estar en contra de una cultura impuesta socialmente".
Algunos de los integrantes más activos de la red aparecieron durante
mayo en las actividades por la Jornada Cubana contra la Homofobia,
momento cumbre en un programa mucho más amplio a favor de la libre
orientación sexual e identidad de género que se extiende todo el año,
con actividades en diferentes provincias del país.
Entre las experiencias, estuvo la de Wilfredo Mederos, el joven profesor
de la Universidad de Ciencias Pedagógicas (UCP) Enrique José Varona,
quien por iniciativa propia trasladó una de sus clases para la sesión de
debates sobre diversidad sexual que tuvo lugar en la sede de la Unión de
Escritores y Artistas de Cuba.
"La preparación al profesorado es todo un desafío. La escuela, de
conjunto con la familia y la comunidad, son los eslabones fundamentales
de socialización de la vida del niño. Es allí donde éste aprende a amar
o a odiar, a aceptar o rechazar, a ser homofóbico o no", afirmó Mederos
a IPS, miembro de Hombres por la Diversidad.
El también integrante de la Cátedra de Género, Sexología y Educación
Sexual de la UCP abogó por la necesidad de sumar personas heterosexuales
a la lucha contra la homofobia, teniendo en cuenta que este tipo de odio
no es exclusivo de ningún grupo poblacional y se extiende, incluso,
entre las generaciones más jóvenes.
En consonancia con Mederos y como resultado de la experiencia vivida en
la conga (marcha) contra la homofobia que recorrió unos 400 metros de la
céntrica calle habanera de 23, el pasado 14 de mayo, un grupo de jóvenes
se unió espontáneamente para crear la comunidad Cubanos Heterosexuales
contra la Homofobia en la red social Facebook.
Para Yasmany Díaz, las generaciones jóvenes que conviven en la Cuba de
hoy pueden tener más potencial de cambio, pero no por ello están libres
de la cultura machista dominante y, por ende, de los prejuicios
existentes hacia las personas homosexuales, bisexuales o trans que
llegan a naturalizar la homofobia.
"A pesar de que la juventud pueda estar un poco más abierta, aun se
mantienen muchas resistencia. No podemos obviar que somos el producto de
una cultura, ni los procesos de socialización. Incluso, uno puede
cambiar, pero la familia tiene que cambiar con nosotros", dijo a IPS.
Así y todo, añadió, nuestro trabajo parte de mirar a la generación joven
como fuerza de cambio social.
"Si vemos la historia de este país, la juventud ha sido en sus momentos
la impulsora de los cambios sociales que han conllevado a cambios
económicos y políticos y, de alguna manera, al cambio de la conciencia",
recordó.
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