Homosexualismo, Homofobia, Mariela Castro
Continúa y continuará la función
Pese a las gestiones de Mariela Castro Espín, perviven en Cuba los
gestos y actitudes homofóbicas
Hugo Araña, Matanzas | 21/05/2013 11:00 am
Como sucede en esta fecha, el pasado sábado se celebró en la capital del
País, la Sexta Jornada Cubana contra la homofobia, comandada y dirigida
por la doctora Mariela Castro Espín, directora del Centro nacional de
Educación Sexual (CENESEX), que durará hasta el 17.
Por supuesto, la TV Nacional transmitió parte del desfile inicial y
algunas acciones en el Pabellón Cuba del Vedado habanero. Por supuesto
también en la marcha, que por supuesto, no podía faltar y en primera
fila la Dra. Castro, acompañada por homosexuales y no homosexuales,
donde captamos muy disimuladamente miembros del Ministerio del Interior
vestidos (of course) de civiles, que pensamos lo habrán sufrido cuando a
sus lados tenían codo con codo. De seguro a algunos de estos militares,
sufrieron de una hipertensión casi crónica.
Esta sexta jornada al parecer será como las anteriores. Pero bueno, a lo
que vamos. Pese a las gestiones de la Sra. Espín, quien merece hasta
cierto punto el aplauso, la homofobia en Cuba está latente, tan latente
desgraciadamente.
Y anoto latente, porque por lo sé por experiencia propia. Vivo en un
barrio donde existen una secundaria y un preuniversitario que, a veces,
cuando un homosexual pasa por sus lados, y en ese momento salen de las
aulas muchachos y jóvenes, éstos comienzan a mostrar miradas burlonas,
gestos de rechazo, cuando no le chiflan y le dicen "¡loca!, ¡qué loca
eres!" al que pasó hace un instante.
Y es que entonces, ¿cuál es al respecto en la educación tanto familiar
como escolar que reciben estos futuros hombres y mujeres sobre este
tema? ¿Nadie los orienta sobre lo que conlleva ser un homosexual? ¿La
Dra. Mariela Castro desconoce de estas situaciones de rechazo y burla
que no sólo sucede en mi ciudad matancera, sino en otras partes de
nuestra Isla?
Esta negativa reacción, supongo que, cuando los nombrados lleguen a
edades adultas el arrastre que llevarán hacia estos hombres y mujeres lo
más seguro será peor, porque lo que no se enseña a esas edades, con el
tiempo se mantendrán sin lugar a dudas.
Como conozco también por desgracia que en ciertos hogares donde dos
hermanos casi ni se tratan, porque uno de ellos es homosexual y el otro
un clásico homofóbico, y ambos ni se tratan, y cuando no les quedan otro
remedio de tratarse, la conversación es más que lacónica. Y ojo, jamás
lo verán juntos de la puerta de la calle, y muchos menos transitar
juntos por las calles.
Este tipo de rechazo, con su cuota de burlas e incomprensiones, que de
cierta manera se origina en nuestros hogares, tiene como resultado que
el llamado homosexual, cuando puede librarse de un entorno hogareño,
busca donde vivir aparte, aunque la soledad lo castigue sin misericordia
alguna. O si no, busque a otros que tienen su misma preferencia sexual.
La homofobia en Cuba, y que me perdone la Dra. Castro, costará dios y
ayuda para desaparecerla. Digo si desaparece de por sí. Porque nadie
queda exento de culpas. Nadie. La familia, el mismo Gobierno, y la
población en sentido general.
Ser pájaro sin alas, gestual y hablar diferente, recurrir a maquillajes
llamativos, buscar alguien para resolver sus ansias sexuales, o si no,
comprometerse a manera de un matrimonio, que por cierto, para no pecar
de ser crítico no sólo en Cuba, sino en otras partes también, y pese a
las gestiones que se realizan con el objetivo de lo hasta ayer era casi
como un pecado de lesa humanidad, hoy se vea ya como normal, y no quiero
ser fatalista, sí, puede que decrezca la repulsión sobre y contra ellos,
donde el tiempo será el que diga la última palabra, digo, si hay esa
última palabra, porque por lo visto y oído, continuará la función.
http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/continua-y-continuara-la-funcion-284296
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