Conflicto de intereses
Juan Juan Almeida
La noticia es un recorte de la realidad, un relato referente a cierto
hecho en particular o a la relación entre varios acontecimientos que por
novedosos y/o atípicos merecen ser informados. Mi intención es
compartir, sin exagerar ni aburrir, los nexos que algunos eventos
guardan con las interioridades de la familia Castro Espín.
Con redoble de tambores se nos viene anunciando de a poco una jornada
importante que en contra de la homofobia, y con apoyo incondicional de
todas las instituciones del Estado y el Gobierno, concluirá el 17 de
mayo y desarrollará por toda Cuba el Centro Nacional de Educación Sexual
(CENESEX), para contribuir a la educación de la sociedad, con énfasis en
la familia, en el respeto del derecho a la libre y responsable
orientación sexual e identidad de género, como ejercicio de la equidad y
la justicia social.
Una gran convocatoria a la realización de un programa de actividades
educativas y culturales dirigidas a sensibilizar a las personas en
cuanto a estigma y discriminación por orientación sexual e identidad de
género. Hecho que sin duda alguna acapara la atención de muchos.
En 1974 la Asociación Americana de Psiquiatría eliminó de su manual la
homosexualidad y la bisexualidad como enfermedades mentales. Años
después, el 17 de mayo de 1990, la Organización Mundial de la Salud
(OMS) asume públicamente idéntica posición y escoge la mencionada
efeméride como símbolo para conmemorar el Día Mundial contra la
Homofobia. Pero vayamos por partes; en Cuba, nada sucede al azar.
La oportunista rigidez de un gobierno dictatorial, homofóbico y racista
no pretende cambiar nada sino controlarlo todo. Y al ver que sus arcas
vacían, y sus adictos ensordecen, decide cruzar la frontera de la
inspiración patriótica para lanzarse a convencer en los terrenos de la
seducción.
En 1972 se organizó en La Habana el Grupo Nacional de Trabajo de
Educación Sexual (GNTES), una tropa multidisciplinaria con presupuesto
archimillonario y la misión de instrumentar un programa diseñado para
atraer minorías marginadas que sean también apasionadas y fáciles de
manipular. Por su discurso altruista, y actuación subliminal, después de
"la última cena" que fue un lujo al paladar, un verdadero homenaje a la
culinaria italiana y no a la preferencia sexual, el grupo extendió su
poder y en el año 89 se define como Centro Nacional de Educación Sexual
(CENESEX).
Y si no resulta extraño que a los jóvenes comunistas cubanos los dirige
un anciano del Partido, y a los miembros de la contrainteligencia los
comanda un marinero que apenas sabe nadar; tampoco resulta anormal que
los gays sean representados por Mariela Castro Espín, alguien que no
pertenece a la comunidad LGTB ni practica tolerancia alguna.
Pero hagamos historia biográfica. En una lucha desleal, lógica, y hasta
biológica, por alcanzar el liderazgo en la diaria convivencia de cuatro
hermanos pequeños, Mariela, la segunda en orden de nacimiento de la
familia Castro Espín, arribó al primer lugar superando a su hermana
mayor, Deborah, quien perdió su hegemonía después de un trauma "secreto"
que obviaré en este momento por delicadeza.
La directora del CENESEX en su afán por escalar, encuentra mayor
competencia en el menor de sus hermanos, el mancebo coronel Alejandro,
con quien mantiene una relación pasional, matizada por celos, amor, y un
rencor que no radica en la superioridad de fuerzas sino en la
discriminante razón de una sociedad machista, una cúpula machista, y una
familia machista. Haber emergido a este mundo con el sexo de mujer le
otorga cierta desventaja.
La feminista y el militar luchan a brazo partido por robar publicidad y
adueñarse del trono real de la dinastía nacional. No es importante
reparar en disculpas fingidas ante cualquier familiar de quien hace tan
solo unos días fue asesinado a patadas por expresar su opinión sobre un
parque provinciano, lo que importa es no empañar la apoteósica celebración.
Pero el folklore está distante de la familia Castro Espín. Por eso este
17 de mayo algunos querrán celebrar el día mundial contra la homofobia;
y otros, el 52 aniversario de la rúbrica que oficializó la Primera Ley
de Reforma Agraria. Crearon la confusión, el conflicto de intereses, y
mañana querrán criticar a esos ávidos celebradores que con tal de
festejar enarbolarán sonrientes la imagen de Vilma Espín sin saber si
fue una actriz, una célebre luchadora o una ilustre campesina gay.
Abogado y periodista cubano.
http://www.elnuevoherald.com/2011/05/13/940411/juan-juan-almeida-conflicto-de.html
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