El irrespeto de Mariela Castro en Nueva York
La hija del general habló ante Naciones Unidas sobre los derechos de la
comunidad LGTBI
Jueves, diciembre 1, 2016 | Jorge Ángel Pérez
LA HABANA, Cuba.- Un cable de la agencia cubana Prensa Latina, redactado
por Waldo Mendiluza, me advirtió que la sexóloga, parlamentaria e hija
de Raúl Castro, estaba en Nueva York. Según el referido texto, la
directora del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) habló en
Naciones Unidas de la justicia social que distinguió a la revolución que
triunfara en 1959, y también de la manera en que esa "generosa política"
se estuvo ocupando de los derechos de la comunidad LGBTI en Cuba.
Según el cable, Mariela alabó las transformaciones que se produjeron en
la isla, en todos los órdenes, durante las casi seis décadas de la
"revolución" en el poder, y aseguró además que esas evoluciones
contribuyeron a que la población cubana fuera mucho más abierta a la
hora de entender la justicia social, facilitando de ese modo el trabajo
contra la homofobia y otros prejuicios.
Curioso resulta la aseveración de que: "este escenario se traduce en
que, aun cuando existan problemas, no se expresen mediante la violencia,
salvo excepciones, como ocurre en otros países con mayores avances en el
campo legislativo en materia de derechos de la comunidad LGBTI". Y lo
curioso está en que otra vez ese discurso oficial está más interesado en
defender las cosas, es decir a la "revolución", que a las personas,
cuando debía ser todo lo contrario, y eso me parece irrespetuoso.
Ninguna cosa merece más respeto que una persona.
Como sabemos desde hace mucho, el respeto es una de las más grandes
virtudes del hombre. No por gusto pidió Zeus a Hermes que saliera
cargado de respeto y de justicia para entregarla a los hombres, y eso es
lo que más necesita la comunidad homosexual en Cuba: respeto y justicia.
Es desconsiderado decir que la violencia contra los homosexuales es
menor en Cuba que en el resto del mundo. Olvidar a los homosexuales que
han sufrido por la violencia es desconsiderado. Olvidar a los
homosexuales que han sido víctimas de la homofobia institucional es
grosero. Es impolítico que no se acabe de reconocer que la "revolución"
no cuidó la integridad y la dignidad de las lesbianas, de los gays, de
los transexuales. Es preciso que se hable de eso cada día y que se
nombre a los culpables.
Es insolente que una vez más se pretenda cuidar a las instituciones, a
las cosas, en lugar de amparar a esos hombres y mujeres que prefieren,
cada uno de sus días, a sus semejantes. Nada se puede avanzar si se
pretende alabar las "bondades" de una "revolución" que margina a los
homosexuales. Es contraproducente defender la política de una revolución
que creara campos de concentración para homosexuales, que expulsara de
las aulas universitarias a quienes llamó "desviados". Es insólito que la
voz cantante de esa "política de reivindicación" sea una mujer
heterosexual que no conoce del sufrimiento de quienes "representa" y
"defiende".
En Cuba hay violencia contra los homosexuales y negarlo es bochornoso.
En este país se sigue reprimiendo, y los crímenes de odio no se
resuelven aún. En Cuba, el juicio moral de sus instituciones se sigue
oponiendo a la libertad. Yo, por ejemplo, no he visto el documental
"Mariela Castro's march: Cuba LGBTI", que fue presentado en las Naciones
Unidas el pasado día 17 con la presencia de la directora del CENESEX, y
que transmitirá HBO este 28 de noviembre. Sería justo que la televisión
cubana lo pusiera en un horario estelar. Ya se presentó en el pasado
Festival del nuevo cine latinoamericano, aunque con cierta discreción, y
no podría esperarse otro proceder si aparecen en la cinta los
testimonios de algunos homosexuales que fueron agraviados por las
políticas homofóbicas de la "revolución cubana". Esa no será, al
parecer, la suerte de "Santa y Andrés", una película que tiene como
principal temática, según su director, "la libertad, la libertad, la
libertad"; eso es irrespetuoso, como también lo es el hecho de que
Mariela Castro aprovechara su visita a Nueva York para hacer algunas
compras. Ese día me escribió un amigo contándome que la había visto en
The Home Depot donde al parecer intentaba comprar bombillas, supongo que
para alumbrar su casa. Y yo me pregunto si se decidió por bujías
ahorradoras como las que yo me veo obligado a comprar.
Mariela Castro compra bombillas en Manhattan a pesar de que en una
entrevista que pasó la televisión cubana, y que le realizara la
periodista Cristina Escobar, ella asegurara que su salario no le llegaba
hasta el fin de mes.
Source: El irrespeto de Mariela Castro en Nueva York | Cubanet -
https://www.cubanet.org/opiniones/el-irrespeto-de-mariela-castro-en-nueva-york/
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