Mariela Castro y su 'conducta impropia'
La directora del CENESEX teje un manto de silencio sobre las atrocidades
de su familia
Miércoles, mayo 10, 2017 | Jorge Ángel Pérez
LA HABANA, Cuba.- Conozco a un joven de lánguidas maneras que se
enfurece si alguien percibe bondades en el trabajo de Mariela Castro, y
asegura que a ella le interesa más la marca de su champú que restablecer
la dignidad de los homosexuales cubanos. Esta mañana me llamó temprano
para anunciar el envío de una entrevista que diera "la princesa Castro"
a un sitio digital en España.
Como sé que el chico es turbulento, y certero, atendí su recomendación.
Y apareció, en la pantalla de mi PC, la entrevista que dio Mariela al
periodista español Gorka Castillo, el mismo que recientemente publicó
una conversación que tuvo hace unos cuantos años con Nati Revuelta, la
mujer que trajo al mundo a Alina Fernández, la única descendiente
directa de Fidel Castro que no se mantuvo a su lado.
Resulta que Mariela anduvo por Madrid, a donde viajó para asistir a un
foro mundial contra las violencias urbanas, y allí mismo respondió a las
preguntas de ese periodista, que la presenta como "una de las personas
que mejor y más han contribuido al reconocimiento de los derechos del
colectivo homosexual en Cuba", y luego nos advierte que es hija de Raúl
Castro y de la "añorada" Vilma y, como si hiciera falta el detalle,
escribe que Mariela es sobrina de Fidel Castro.
Esa entrevista que le hiciera este adorador de genealogías debió estar
entre las más cómodas que le hicieron a la presidenta del Centro
Nacional de Educación Sexual (CENESEX) durante su viaje. Al menos en
esta no se vio obligada a ofender, como hizo con otro periodista que le
preguntó: "¿Qué tal por España?", a lo que ella respondió: "No es asunto
tuyo". Y como si fuera poco, la molesta "princesa", pidió a sus
acompañantes que le quitarán de arriba a aquel "moco pegado". ¡Que fina
ella!
En esta conversación, la "princesa" exhibió otros modales, se mostró
sosegada. El periodista, asiduo colaborador de "Rebelión", era uno de
los suyos y le daría pie para borrar el anterior desplante. Él no la
estuvo importunando ni se mostró interesado en las violencias urbanas
que sufren los gays de la isla. El periodista no quiso saber si se
habían resuelto algunos de esos crímenes de odio de los que fueron
víctimas un montón de homosexuales en Cuba. Él no mencionó el nombre de
ninguna víctima de odio, y ella tampoco.
Mariela respondió cómodamente cada pregunta que hiciera el español, y
con cada respuesta el homosexual cubano se acercaba más al "paraíso".
Mencionó con discreción, para no buscarse líos con los rusos, los campos
de concentración donde los chechenos encierran a sus "desviados"…, pero
olvidó que el gobierno que regenta su familia fue un adelantado en esos
menesteres. Mariela olvidó esos guetos cubanos que conocimos con aquel
eufemismo de Unidades Militares de Apoyo a la Producción, y también las
atrocidades que allí se cometieron.
Luego vendría un "gran momento", digno de la mejor antología del
cinismo. La hija de Raúl Castro aseguró que los culpables del lento
andar hacia esas libertades eran los sistemas pluripartidistas; esos en
los que, "dependiendo del gobierno de turno, se avanza o se retrocede en
políticas sociales". Sin dudas esta mujer nos cree tarados…, y hasta
supone que debemos comulgar con el "monopartidismo", y sobre todo con el
hecho de que solo tuviéramos, en casi sesenta años, dos jefes de Estado
pero muchos campos de concentración para recluir homosexuales.
Mariela Castro, quien tiene un discurso bien "nacionalista" a pesar de
que se matrimoniara primero con un chileno y después con un italiano, no
tiene claro —porque no está en sus esencias— lo difícil que resulta ser
homosexual en este país. Ella nunca estuvo recluida en uno de esos
guetos que creó la revolución triunfante. Por eso es capaz de decir que
Fidel es "un hombre de su tiempo" y que por responder a su tiempo no le
quedó más remedio que ser homófobo.
Así habla Mariela, quien debió escuchar muchas veces las advertencias
que hiciera su tío a esos individuos que "ostentaban su desvergüenza en
La Rampa o frente al Hotel Capri". Mariela debe haber escuchado esos
discursos que hicieron tan visibles a "esos elementos que atentan contra
la dignidad del pueblo". Ella debe conocer bien esos reclamos que
despertaron el odio y la homofobia. "Después no digan que el pueblo es
duro, no digan que no estaban advertidos".
Y no se podrán negar las advertencias, y para no quedaran dudas de que
se hablaba en serio, se abrieron los campos de concentración, y se
legitimaron las peores atrocidades, y luego nadie pidió disculpas; pero
Mariela no consigue entender la malintencionada rabia de Reinaldo
Arenas, y por eso divaga, y hasta asegura a su entrevistador que el cine
sobredimensionó la figura del escritor. La pobrecita no se enteró aún de
la importancia de su obra. La infeliz no sabe todavía que El mundo
alucinante es una de las más grandes novelas hispanoamericanas del siglo
XX, por eso vuelve con el trasnochado discurso de que Arenas era un
pervertido y no un gran escritor.
"Sobredimensionada es la labor del CENESEX, y Mariela la principal
perpetradora", así dice el lánguido, y enumera algunas de las "migajas"
que ella consiguió para compararlas con lo que se hace en Europa y en
América, "a pesar de sus sistemas pluripartidistas". Creo que mi joven y
lánguido amigo tiene mucho de razón cuando asegura que a Mariela le
encomendaron que tendiera un manto de silencio sobre los estropicios que
cometiera su familia.
Source: Mariela Castro y su 'conducta impropia' CubanetCubanet -
https://www.cubanet.org/opiniones/mariela-castro-y-su-conducta-impropia/
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