martes, 19 de enero de 2016

‘Guías’ en alquiler

'Guías' en alquiler
Agencias 'ofrecen' a jóvenes cubanos en sus páginas web
lunes, enero 18, 2016 | Ernesto Pérez Chang

LA HABANA, Cuba.- "No es prostitución. Se prostituye el que quiere", me
aclaró Jorge Lázaro, alias "Papito", cuando me describía en una
conversación por el chat el negocio que creó hace pocos años y que
dirige desde Ecuador, en asociación con personas en La Habana.

A Papito lo contacté a través de la página web de su "empresa" y me
atendió como al posible cliente que creyó que yo era. Le escribí que era
mexicano y que pensaba ir de vacaciones a La Habana, también que buscaba
pasarla bien, muy bien, y no hizo falta explicarle nada más para hacerle
saber qué tipo de placeres buscaba en Cuba. Me preguntó en qué fecha
pensaba viajar, cuántos días estaría y cuáles eran mis gustos. Le
inventé algunas fantasías sexuales con hombres jóvenes y entonces,
aunque me aclaró que él solo proporcionaba guías de turismo, prometió
enviarme por correo un catálogo de sus mejores "mercancías" (así,
literalmente, los describió) para que yo decidiera a cuál o a cuáles
"alquilar".

Efectivamente, a las pocas horas contaba en mi correo con una decena de
fotos de hombres semidesnudos, acompañados de una breve descripción de
sus roles sexuales, de sus "habilidades" como sujetos de compañía y de
sus honorarios.

El negocio de Papito no es único. Es uno de los tantos que existen en
Cuba y que dicen proporcionar guías turísticos a los visitantes
extranjeros para de ese modo disimular los verdaderos servicios que
ofertan. La isla se ha convertido en uno de los destinos claves en la
región para el turismo sexual gay y, en consecuencia, un alto por ciento
de la población masculina ha encontrado en la prostitución una vía para
obtener ingresos importantes, sobre todo al involucrarse en este tipo de
"asociaciones comerciales" que le aseguran cierta estabilidad con los
clientes y hasta protección, como nos asegura Hansel, un joven de 23
años que desde los 19 forma parte de varias empresas de "guías turísticos":

"Encuentras seguridad porque en la calle estás expuesto a que la gente
te vea y descubra que estás jineteando, incluso que te metan preso por
acoso al turismo o te pongan un acta de advertencia por prostitución,
pero lo peor, al menos para mí, es que me descubra mi mujer o mi papá y
entonces me enredo en tremendo problema porque yo siempre digo que el
dinero me lo gané arreglando una computadora o apostando o que vendí un
celular. (…) En la calle tienes que pasarte el día caminando de un lado
para otro, sudado, con hambre; en esto [en la empresa] yo no tengo que
hacer nada. Me llaman cuando aparece algo, incluso cobro más y en la
casa todos están más tranquilos porque parece que me llaman para un
trabajito, y como soy informático, nadie sospecha nada".

Vladimir tiene 52 años y fue bailarín de varios centros nocturnos de La
Habana pero un padecimiento crónico lo obligó a retirarse a inicios de
los años 90. Vivió durante mucho tiempo de prostituirse hasta que en el
2009, junto a su pareja que vive en Italia, decidió abrir un negocio
clandestino de guías de turismo y nos cuenta sobre las ventajas de su
iniciativa:

"Es un negocio y es prostitución, en eso estoy claro, pero la
prostitución no la inventé yo, ni la alta demanda, la prostitución está
aquí en Cuba en todas partes porque somos un país de turismo sexual, y
yo, para decirlo de algún modo, solo he organizado un poquito la calle y
le he resuelto la vida a unos cuantos muchachos que no tienen otra forma
de ganarse la vida y que al final estaban en la calle haciendo lo mismo
o peor. (…) Aquí ganan más, la policía no los acosa, ellos ponen sus
reglas y yo, con el perfil que me dan, les busco los puntos [los
clientes]. En ningún momento se les dice que tienen que acostarse con
nadie, pero ellos saben que ningún tipo viene a Cuba buscando machos
como guías de turismo simplemente para pasear y saber en qué año se
construyó el Capitolio, para eso mejor contratan a Eusebio Leal
[historiador de La Habana] y ya. (…) En la calle cualquier muchacho de
estos haría en el día entre 5 y 10 [dólares], aquí se van con 30 y hasta
50 y a veces más por cada cliente, con suerte hasta hacen su vida y
alguien los saca [del país] porque al final son jineteros pero no son de
la calle. (…) Aquí yo tengo de todo, menos menores de edad. (…) Sé que
dan dinero y que son muy buscados pero yo no me meto en esa candela. (…)
Aquí hay universitarios, policías, deportistas, travestis, lo que
quieras. (…) Aquí hay muchos que han llegado a La Habana como policías y
han terminado en la pasarela del [cine] Payret".

En páginas de clasificados en internet constantemente aparecen anuncios
convocando a jóvenes cubanos para "aplicar" como guías de turismo, sin
embargo, ninguna de las convocatorias exige conocimientos culturales,
históricos o de idiomas, solo enviar fotografías algo sensuales y poseer
un físico atractivo. Ernesto, un joven graduado universitario que no
encontraba trabajo en Holguín, su provincia natal, llegó y se instaló a
vivir en La Habana hace dos años no gracias a su currículum académico
sino a un par de imágenes de su cuerpo desnudo:

"Me las vi negras y sin pensarlo mucho mandé las fotos", cuenta Ernesto.
"Enseguida me llamaron y aquí estoy. (…) Decía [el anuncio] que era para
guías de turismo pero cuando te piden fotos ya uno sabe lo que están
buscando. (…) En Holguín es difícil jinetear porque te conocen, la gente
habla y, además, no puedes cobrar mucho como aquí en La Habana. (…) Yo
nunca luché [prostituirse] en el Parque Central ni en el Bim Bom [punto
de prostitución en El Vedado], desde que vine fue para esto y ya me
consiguieron el cambio de dirección y hasta me pagan mi alquiler porque,
modestia aparte, soy bueno en lo que hago y siempre me llaman. (…) Soy
ingeniero eléctrico y después del servicio social me mandaron para un
laboratorio donde solo ganaba 365 pesos [unos 15 dólares] al mes. (…)
Por un amigo que tenía internet en la casa a veces chateábamos con
extranjeros para ver si algo se pegaba pero todo era infladera
[palabrería], (…) hasta que vimos el anuncio y los dos mandamos fotos. A
los dos nos escogieron y en eso estamos. (…) Mi amigo es ingeniero,
igual que yo, y los padres son médicos pero eso no sirve para nada".

"Este tipo de negocios existe en todas partes, hasta en los Estados
Unidos, en España, en África, para nada es exclusivo de Cuba", nos dice
Lian, más conocido como "Romance", una travesti que dirige un pequeño
negocio de acompañantes y masajistas masculinos. Según ella, este tipo
de empresas en Cuba llaman la atención "porque aquí siempre se ha negado
que existe la prostitución aun cuando la respiras hasta en las
alcantarillas. Desde que te bajas del avión la hueles hasta en los
[oficiales] de la aduana, en los taxistas. Lo que nos diferencia de
otros países es que el gobierno piensa que al no hablar de eso,
simplemente no existe. (…) Es penada por la ley pero es tanta que no hay
manera de mandar a tanta gente a la cárcel y, lo mejor de todo, no
constituye un problema moral para las numerosas familias que dependen de
la prostitución. (…) Hay mucha gente hipócrita que piensa que
prostituirse solo es estar en una esquina fleteando [insinuándose], pero
prostituirse también es acostarse con el jefe por un viajecito o por
unas vacaciones en Cayo Coco, por un módulo de aseo; prostituirse es
dejarse toquetear por el profesor para que te dé 5 puntos [aprobar con
sobresaliente] o casarse con un extranjero para no pasar el mismo
trabajo que pasan los pobrecitos proletarios de patria o muerte
venceremos. (…) El gobierno tiene que dejarse de bobería porque se sabe
que si este país ha resistido tanta hambre ha sido a base de sexo y no
de consignas. (…) No creo que la ONAT jamás nos reconozca como
cuentapropistas, a pesar de todo el dinero que aportamos a este país,
pero llegará el día en que nos hagan un monumento".

Con los más diversos y sugestivos nombres, que casi siempre evocan
famosas zonas de tolerancia de La Habana como el Parque Central, el
Almendares, el cabaret Las Vegas, la playa Mi Cayito o el centro
cultural El Mejunje, en Santa Clara, hoy en Cuba se cuentan más de
veinte las pequeñas empresas, algunas con páginas web en internet, que
solapadamente viven de promocionar el turismo sexual gay en la isla, uno
de los "productos" que más visitantes extranjeros atrae y, quizás, de
los que más aportan si no a las arcas del Estado, al menos a las
economías familiares.

Source: 'Guías' en alquiler | Cubanet -
https://www.cubanet.org/destacados/guias-turisticos-en-alquiler/

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