jueves, 25 de agosto de 2016

Pueblo de esclavos

Pueblo de esclavos
PEDRO ARMANDO JUNCO, Camagüey | Agosto 24, 2016

El nivel de esclavitud de un pueblo lo determina la suma de libertades
que lo restringen. La esclavitud y la libertad son los dos extremos de
una balanza que, a medida que se inclina hacia abajo por el peso que
carga uno de sus platillos, eleva su contraparte.

Esto le expliqué a un estudiante de preuniversitario hace algunas
jornadas cuando me preguntó si coincidía con el criterio de su abuelo,
quien asegura que el pueblo cubano sufre una esclavitud moderna.

Demoré algunos minutos en responder a su pregunta. Con los adolescentes
y los niños hay que ser sumamente cautelosos a la hora de ofrecer
discernimientos, más cuando presentan interrogantes basadas en la
admiración y el respeto que sienten por nosotros. Aquello que expresemos
lo impregnan como axioma dogmático para toda su vida. Los niños
inteligentes piensan por sí mismos para luego ir en busca de un adulto
que, para ellos, tiene reconocido criterio propio.

Para esquivar su disparo le había respondido con otra pregunta:

–¿En qué basas tu opinión sobre la condición de esclavo moderno?

–En muchas características, profe. (Los muchachos de la enseñanza media
llaman "profe" a todo aquel que consideran instruido).

–¿Por ejemplo?

–Los esclavos de siglos anteriores sufrían castigos que hoy serían nada
funcionales: el grillete, el látigo, la mutilación... Pero asegura mi
abuelo que los cubanos hemos perdido derechos que gozábamos antes del
triunfo de la Revolución y a eso llama él la esclavitud moderna.

El jovencito se había informado con su abuelo que en enero de 1959 más
del 90% de los cubanos eran fidelistas, que el pueblo colocaba carteles
en las puertas de entrada a sus hogares: "Fidel, esta es tu casa" y que,
al parecer, el máximo líder se tomó el ofrecimiento muy en serio:
prohibió la venta de viviendas y confiscó a todo quien mantuviera a su
nombre más de una todas las restantes. A eso lo llamó Reforma urbana.

Luego hizo igual con las haciendas y lo llamó Reforma agraria. Confiscó
los negocios, desde grandes corporaciones hasta el último timbiriche
particular de los cuales sobrevivían miles de familias proletarias
paliando la estrechez con sus escuetas utilidades. Su abuelo le había
contado con sonrisa irónica que no escaparon a las confiscaciones ni las
tijeras y peines de los barberos. A eso no se le ocurrió cómo llamarlo.

Se prohibió la tenencia de armas de fuego. Se fusiló o se encarceló a
quienes se rebelaron. Se nacionalizó el sindicato y se eliminó el
derecho a huelga. Se hizo saber a los intelectuales que "con la
Revolución todo y contra la Revolución nada", dejando en la ambigüedad
el concepto, pero en clara advertencia para los que pretendieran
esgrimir razonamientos individuales en publicaciones y obras artísticas
de cualquier tipo. El pueblo de Cuba, en pleno, quedó al desnudo de sus
derechos elementales: sin posesiones, sin armas y sin la posibilidad de
mostrar su descontento. Los grandes ideólogos de las tiranías, sobre
todo Stalin, estuvieron siempre convencidos de que un pueblo miserable
no es capaz de rebelarse.

Esto sucedió en la primera década de la Revolución. Los resultados no se
hicieron esperar. La población, en su totalidad, pasó al proletariado.
Surgió la libreta de racionamiento, macabra idea leninista de cuando en
Rusia el pueblo se moría de hambre a tendales. La cuota de café se
redujo junto a la de carne y otros artículos de primerísima necesidad.
Al minifundio se le prohibió la venta de sus producciones a no ser al
Estado; el ganadero que sacrificara una res para el consumo familiar
sería castigado con largas penas de cárcel; y así con la generalidad de
los productores individuales, creando el monopolio más grande del que se
tenga memoria en la historia de Cuba, incluyendo los siglos de coloniaje.

Se creó un documento oficial para quienes pretendieran abandonar el
país: la "carta blanca", controlada por el Ministerio del Interior y
prácticamente inalcanzable al ciudadano común, salvo en casos
excepcionales. El cubano pasó a ser un recluso más dentro del limitado
territorio de la Isla, y a todos aquellos que emigraran de forma ilegal,
como a quien se hiciese ciudadano extranjero, se les despojó de la
ciudadanía. Para mayor limitación aún, se restringió el derecho a
residir en La Habana a los habitantes de otras provincias.

En 1973, se privó al pueblo del derecho a comparecer directamente frente
a un tribunal como acusador, aunque tuviese pruebas de haber sido el
perjudicado principal, sin importar cuál hubiese sido el agravio o los
daños sufridos, violando así el artículo seis de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos: "Todo ser humano tiene derecho, en
todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica".

En 1975, decenas de miles de cubanos fueron enviados a pelear en Angola.
Negarse a participar como soldados en esa guerra era duramente
castigado, sobre todo en los jóvenes del servicio militar obligatorio.
Los militantes del Partido y la Juventud Comunista que rehusaran
engrosar esas filas como soldados eran despojados de sus militancias, y
los no militantes eran separados de sus centros de trabajo. Miles de
estos cubanos perdieron la vida por una causa injerencista en los
asuntos de otro país, que nada tenía que ver con ellos. Todavía el
pueblo desconoce la cantidad de compatriotas muertos en esa aventura.

En 1980 la homofobia alcanzó su máximo grado de preponderancia cuando un
grupo de desesperados invadió la embajada del Perú: se abrió un puerto
para la deportación y por allí se expulsaron homosexuales, desafectos, y
presidiarios hacia Estados Unidos. La anuencia humanista de Carter costó
la presidencia al Partido Demócrata en Estados Unidos.

A final de esa década colapsó el comunismo europeo y sobrevino una
miseria sin precedentes en la historia de Cuba. La manera de
sobrellevarla estuvo en la implementación de mayores restricciones
ciudadanas, y hasta se habló de cocinas comuneras y crear hábitat al
estilo indígena. Por fortuna apareció Chávez con su petróleo canjeado
por personal cubano de alta calificación, arrendado por el Estado. Esos
"internacionalistas" colaboradores recibieron apenas un miserable
estipendio de lo que Venezuela pagaba por su trabajo.

La posesión de un dólar norteamericano se castigó con varios años de
cárcel. Se restringió en mayor grado el consumo de pescados y el
ciudadano común nunca más tuvo derecho a probar mariscos, carne de res y
otros derivados de la ganadería.

Llegó el nuevo milenio, explicaría el abuelo al joven estudiante de
preuniversitario. El tiempo hizo su trabajo y la dirección del país
pasó, aparentemente, recalcó el abuelo con ironía, a manos de Raúl
Castro, el general presidente.

El general presidente abrió algunas vertientes ante la agobiada
situación ciudadana con su lema reiterativo "sin prisa, pero sin pausa".
Suprimió las restricciones de salida, sin soltar por completo la cuerda
mediante el acápite de un decreto. Permitió el trabajo individual, a
pesar de impedir el crecimiento económico de los negocios y mucho menos
la autorización a un ciudadano nacional para una inversión de
envergadura, cuyo privilegio se reservó solo para extranjeros. Se liberó
la tenencia del dólar, pero toda remesa que llega al individuo es
canjeada de inmediato por un billete que no tiene valor alguno fuera del
territorio nacional.

El pueblo de Cuba prosigue bebiendo en los amaneceres un mejunje que no
es café puro. Pone en su mesa engrudos de picadillos con alta proporción
de soja, haciéndole creer que come carne. Compra en las trapishopping
ropas de uso, donadas como limosna por otros países. Continúa ganando un
peso que vale cuatro centavos. Asiste de vacaciones a campismos
populares en las orillas de un río como los aborígenes, porque Varadero
está reservado para los extranjeros y los altos dirigentes. Su estrechez
proletaria no le permite solventar ni el pasaje en avión para salir al
exterior y carece de caudal para comprar un carro. El monopolio estatal
se traga, a manera de embudo, la escasa producción agrícola a precios
irrisorios. No se permite ni se reconoce el descontento popular,
abatiendo a mujeres con flores cuando salen a la calle a protestar de
manera pacífica, y se acalla la voz de la disidencia, la oposición y los
librepensadores con el hermético silencio de los medios masivos de
difusión, el bloqueo de los sitios de internet y emisoras radiales que
se consideran "enemigos"...

Luego de escuchar todas aquellas conjeturas del joven estudiante de
preuniversitario, no me quedó otra opción que responder: "Tú perteneces
a la nueva generación de cubanos que representa el futuro de la patria.
Tú eres un joven talentoso y amigo de la verdad y la sabiduría. Tú
tienes el derecho a determinar por tus propios razonamientos si el
pueblo de Cuba es o no un pueblo de esclavos; y, por supuesto, el deber
de trabajar para que esas injusticias sean eliminadas".

Source: Pueblo de esclavos -
http://www.14ymedio.com/opinion/Pueblo-esclavos_0_2059594030.html

lunes, 22 de agosto de 2016

Un arcoíris en blanco y negro

Un arcoíris en blanco y negro
La homofobia en Cuba se enseña desde las escuelas
Lunes, agosto 22, 2016 | Ernesto Pérez Chang

LA HABANA, Cuba.- "Yo estuve en el desfile de las locas", le dijo un
adolescente a otro mientras se divertían en un show de travestis en el
cabaret Las Vegas, en el Vedado. Estaban hablando de la marcha contra la
homofobia realizada en el mes de mayo.

"Todos estos pájaros son muy divertidos. Yo me parto de la risa con
ellos", comentó otro joven que también compartía la misma mesa y que
había ido al espectáculo nocturno con el ánimo de quien asiste a una
función de circo.

Hace días escuché gritar a un vecino que si él descubriera que su hijo
"era maricón", de inmediato lo echaba de la casa. También, mientras
viajaba en un taxi, presencié una conversación entre dos mujeres jóvenes
sobre lo que ellas pensaban que debía hacer el gobierno para acabar con
la homosexualidad, pues la consideraban un delito detestable, algo peor
que ser ladrón u homicida.

"La gente roba o mata a veces por necesidad o porque están desesperados,
pero los maricones son unos descarados, unos enfermos", decía una
mientras la otra hablaba de leyes rigurosas que incluían desde el
trabajo forzoso hasta la pena de muerte.

De manera muy individual, como periodista que pasa horas en la calle
tomando el pulso a lo cotidiano, he comenzado a percibir que en los
últimos años ha habido un incremento de las expresiones de rechazo hacia
los homosexuales y parecen haber retornado aquellos sentimientos de odio
que tuvieron su apogeo en los años 70, cuando a la homofobia se le
otorgó patente de corso.

¿Qué está pasando en la sociedad cubana actual para que ocurran estos
peligrosos "renacimientos"? ¿Acaso los programas educativos sobre la
diversidad sexual no han sido correctamente implementados? ¿Son
inefectivos? ¿O se trata de un fenómeno global que estamos replicando?

"El arcoíris nuestro está en blanco y negro. Hay una parte de la
sociedad que está quedando fuera del discurso oficial, incluso en el
discurso de las instituciones que promueven el respeto a la diferencia",
opina Tamara Guam, una joven de 34 años que, desde hace diez mantiene
una relación de pareja con otra mujer.

Y continúa: "Las jornadas contra la homofobia, las campañas por la
diversidad sexual no han sido enfocadas en el centro del problema sino
que han sido politizadas de un modo a veces contraproducente. Primero,
los travestis y los transexuales son una minoría dentro de la comunidad
LGBTI, no obstante son convertidos, se puede decir, que en el icono del
movimiento, la cara visible, la bandera porque tal vez son más
mediáticos que una pareja de mujeres que no tienen que usar botas y
sombrero de cowboy o implantarse un pene para decirle al mundo que son
lesbianas (…) Por otro lado, el slogan de 'socialismo sí, homofobia no'…
¿por qué politizar? ¿Por qué tengo que exigir respeto, diversidad sexual
y al mismo tiempo reclamar en política todo lo contrario? Es un lema
contradictorio, excluyente, y esas patrañas no producen cambios
positivos en la mentalidad de las personas", dijo Tamara.

"He intentado introducir el tema de la diversidad sexual en las clases
pero no me dejan y, lo reconozco, tampoco he querido insistir
demasiado", asegura Hortelio, un maestro de enseñanza primaria que
además comenta sobre los obstáculos que ha encontrado al ser homosexual
y trabajar con niños: "Para algunos, homosexual es sinónimo de pedófilo
(…) He tenido padres que le han pedido a la directora de mi escuela que
cambien a sus hijos de aula porque han descubierto que soy gay y que
vivo con mi pareja. Incluso, hace un par de años hubo un director que no
quería que yo diera clases y eso fue una guerra (…). Decía que yo era
'amanerado', incluso la funcionaria del municipio me dijo que debía
cambiar mi voz y mis gestos cuando estaba frente al aula. Imagínate qué
locura (…) No existe una ley para que me boten de (el Ministerio de)
Educación, pero eso no importa si quien dirige tu escuela, tus jefes,
son homofóbicos; si desde el mismo ministerio son homofóbicos y no
permiten que se les hable a los niños de diversidad sexual, de
orientación sexual. Todo es blanco o negro, hembra o macho,
revolucionario o enemigo".

Raquel, maestra en el mismo centro educativo que Hortelio, nos ofrece su
visión al respecto: "En mi aula hay un niño al que le gusta jugar con
muñecas, prefiere ir con las niñas, no juega a la pelota, etcétera,
tiene rasgos que indican que al menos hay un problema con los roles. Yo,
como maestra, debo ir mirando todos estos detalles y preocuparme, lo
cual es normal (…) Pero lo peor es que nuestro sistema educativo no te
pide que observes para ayudar a integrar a este niño al grupo de alumnos
desde su diferencia y lograr que sea aceptado, sino para 'corregir' lo
que sigue siendo para ellos un defecto, una malformación. Nuestro
sistema educativo no acepta las diferencias, es así de sencillo e
inocula ese bichito de rechazo a lo diferente, crea el caldo de cultivo
para que en otras edades se instalen los odios y las segregaciones".

Karen, subdirectora de una escuela de nivel secundario, también opina al
respecto: "Creo que sí existen programas educativos y no creo que el
Ministerio de Educación deba cargar con la culpa de todo (…) Te orientan
enseñar matemáticas y yo la pongo en el plan de clases. Ahora, si el
profesor es bueno, los alumnos aprenderán matemática, pero si el
profesor es malo… (…) Si la persona que les habla a los muchachos es
homofóbica, no habrá manera de que inculque respeto, por eso te digo que
no es la escuela; es la sociedad, las cosas que consume el niño en la
televisión, la música que escucha, las creencias y tradiciones que
comparte con sus padres y amigos del barrio (…) Hay otro mundo mucho más
complejo fuera de la escuela, en los hogares, en los barrios y allí es
donde habrá que trabajar más".

En Cuba, ya sea en discotecas privadas o estatales, en bailables
públicos y hasta en celebraciones populares, cada día es más común
escuchar canciones que reiteran los prejuicios contra los homosexuales o
que incitan a la violencia contra ellos; en los clubes nocturnos abundan
los espectáculos humorísticos donde el centro de la mofa son los gay
caricaturizados bajo ese falso cliché de "depredador sexual y flojo de
carácter". Sin embargo, todas esas expresiones sociales no son la causa
sino el reflejo de un fenómeno discriminatorio que, de persistir e
incrementarse, a fin de cuentas dañará todo el tejido social de la nación.

Source: Un arcoíris en blanco y negro | Cubanet -
https://www.cubanet.org/destacados/un-arcoiris-en-blanco-y-negro/

viernes, 12 de agosto de 2016

Activistas denuncian ante la ONU el aumento del uso de la violencia física para reprimir la libertad de expresión

Activistas denuncian ante la ONU el aumento del uso de la violencia
física para reprimir la libertad de expresión
DDC | La Habana | 11 de Agosto de 2016 - 21:35 CEST.

Cinco organizaciones independientes de la Isla han presentado
recientemente un informe sobre la situación del derecho a la libertad de
opinión y expresión en Cuba, reporte que han preparado especialmente
para el relator especial de las Naciones Unidas sobre la promoción y
protección de este derecho, David Kaye.

Las organizaciones que han participado en la elaboración del documento,
al que ha tenido acceso DIARIO DE CUBA, son Arco Iris Libre de Cuba,
Centro de Información Hablemos Press, Centro de Información Legal
CubaLex, Mesa de Diálogo de la Juventud Cubana y Plataforma Femenina
Nuevo País.

De acuerdo con el informe, las restricciones del derecho a la libertad a
periodistas independientes y activistas de derechos humanos cubanos
entre enero y julio de 2016 "se han intensificado cuantitativa y
cualitativamente".

El documento señala que "se observa mayor número de detenciones
arbitrarias acompañadas de maltratos físicos y psicológicos".

Además, el informe denuncia que "la violencia física en el marco de
manifestaciones pacíficas se ha convertido en un patrón sistemático".

Según las organizaciones, "este recrudecimiento de la represión y el
hostigamiento se ha dado en el contexto de la normalización de las
relaciones con los Estados Unidos, proceso sobre el que existía una
expectativa positiva para que mejoraran las garantías para ejercer el
derecho a la libertad de opinión y expresión".

El informe constata que el Estado cubano mantiene vigente un marco
normativo "que se presta para una restricción al derecho a la libertad
de opinión y expresión a través de la criminalización de la
actividad de los periodistas y activistas de derechos humanos".

En la práctica, dice el informe, "la tipificación de delitos del
Código Penal —que es abstracta y ambigua en muchos casos— se ha
utilizado para amenazar con y/o hacer efectiva la aplicación de penas
que son desproporcionadas; y, en contravía con los estándares
internacionales para el ejercicio del derecho a la libertad de opinión
y expresión, por parte de periodistas independientes y activistas de
derechos humanos".

La situación del derecho a la libertad de opinión y expresión en el
caso de los periodistas independientes "se ha deteriorado como
consecuencia de un patrón sistemático operado a través de agentes del
Estado, que ha intensificado la violencia física y el hostigamiento".

En este sentido, "se observa la persecución deliberada y selectiva
contra aquellas organizaciones y medios independientes que intentan
registrar, no solamente las expresiones públicas de protesta contra el
Gobierno, sino simplemente recolectar y difundir las opiniones de los
ciudadanos frente a los temas de interés nacional".

El derecho a la libertad de opinión y expresión en el caso de los
jóvenes también registra las mismas tendencias en cuanto a la
represión y hostigamiento a sus actividades, dice el informe.

"Siendo un grupo poblacional especialmente afectado por la crisis
económica y migratoria que vive el país, sus iniciativas organizativas
para expresarse se ven restringidas a través de la negación del
reconocimiento legal a sus organizaciones", señala el documento.

El informe señala además que "es especialmente preocupante que sus
opciones de inserción laboral y participación estén siendo
condicionadas por su adhesión acrítica a las posiciones oficiales del
Gobierno".

El caso de las mujeres

En el caso de las mujeres, el informe subrya que se registran patrones
de represión y hostigamiento que parecen ser más intensos,
precisamente por la condición de género. "A los patrones comunes de
hostigamiento y abusos de autoridad, se adicionan prácticas que
claramente reflejan patrones típicos de violencia contra las mujeres",
apunta el texto.

Estos patrones —prosigue el informe— son más graves para las mujeres
que combinan las exclusiones de género, raza e identidad sexual. Es por
ello que los autores del informe subrayan que "es particularmente
reprochable la violencia física que se viene ejerciendo contra las
Damas de Blanco".

En el ámbito de la población LGBTI, también se reproducen los patrones
de represión y hostigamiento. "Esto resulta contradictorio con la
retórica y las iniciativas gubernamentales que el Gobierno ha
promocionado a nivel internacional para demostrar su atención a esta
población", indica el informe.

En la práctica interna, en cambio, las organizaciones y activistas
independientes que expresan una posición crítica frente a esta
retórica e iniciativas "ven obstaculizado su trabajo de forma
sistemática", denuncian.

Finalmente, el informe asegura que el acceso a la información "está
siendo significativamente restringido", teniendo como fundamentación un
conjunto de normas "que excluyen al ciudadano común y/o condicionan
injustificadamente el acceso a la información pública".

De manera similar, los avances recientes en materia de infraestructura
tecnológica y de normas que reconocen el acceso a la información a
través de internet, "son insuficientes y se dan bajo condiciones
(costos y control) que excluyen a la mayoría de población cubana".

Source: Activistas denuncian ante la ONU el aumento del uso de la
violencia física para reprimir la libertad de expresión | Diario de Cuba
- http://www.diariodecuba.com/derechos-humanos/1470944110_24531.html

sábado, 6 de agosto de 2016

El 'hombre nuevo' vacaciona en la calle 23

El 'hombre nuevo' vacaciona en la calle 23
MARÍA MATIENZO PUERTO | La Habana | 6 de Agosto de 2016 - 07:28 CEST.

Si no todos, miles de adolescentes y jóvenes cubanos padecen de un
aburrimiento crónico. Sus rasgos delatan que no tienen más de 20 años en
su mayoría. Pelos teñidos y cortados a la moda, ropas mal combinadas y a
veces sucias, anchas o demasiado ajustadas, según lo que anden buscando
esa noche.

Ellos visten con shorts, pantalones y camisetas o pullovers. Ellas van,
por lo general, con shorts extremadamente cortos y con doble juego de
ajustadores para aparentar que salieron vestidas de sus casas.

Caminan la habanera calle 23 de L a Malecón, se sientan un rato en el
muro, se gritan entre sí, escuchan su propia música, se meten con la
gente, se fajan entre ellos, esperan a ver qué les cae en las manos y,
cuando se vuelven a aburrir, hacen el recorrido en dirección contraria.

Por el camino van gritándose groserías, contando a voz en cuello la
última "fajazón" como si fuera un baile, citándose a otros espacios de
la ciudad no menos calientes y ofendiendo a todo el que se les ocurra.

"Cada vez que los veo me pregunto si los padres saben en qué andan estos
niños", dice Abel, habanero que sale con frecuencia a coger el aire del
mar. "Esa está preparada para la guerra", añade y señala a una
adolescente teñida de rubio, que se está cambiando las chancletas por
unos tacones de más de 10 cm de altura para que combinen con su vestido
negro y ajustado. Anda con cinco hombres que evidentemente están
negociando con un mexicano.

Según uno de los "boteros" que aparcan en 21 y L, "la cosa se ve
caliente, pero lo está más de lo que se ve".

Cuenta que en más de una ocasión ha tenido que decir que no a "carreras"
que podrían proporcionarle un buen dinero porque las muchachas que iban
a montarse eran menores de edad.

"El récord ha sido de 13 años", afirma. "No sé quiénes están más locos,
si los tipos que les pagan, los padres que las dejan, o el Estado que no
hace nada, porque todo esto que te cuento es con todo 23 lleno de policías".

"A veces los ves muy bien vestidos (a los jóvenes), pero pueden ser muy
agresivos. Los cuentos de que se montan y después no pagan, o que te
llevan a una encerrona para quitarte hasta el carro, son unos cuantos
ya", continúa el trasportista.

"Para ellos las mujeres que les hacen caso son putas y las que no son
tortilleras, así que de cualquier manera hay que huirles. Aunque las
mujeres no siempre son víctimas y a veces andan con niños de brazos en
componenda con los asaltantes", señala.

Siempre se habla del BimBom, en 23 y Malecón, pero en la esquina de 23 y
L, donde comienza la conexión WiFi de La Rampa, conectarse a
determinadas horas puede ser un deporte de alto riesgo.

Hay dos o tres que venden tarjetas de recarga. Son los que parecen más
inofensivos.

En el portal del cine Yara se instalan personas que venden maní,
sorbetos y cualquier otro producto que sirva para entretener el hambre,
y cada vez que viene un policía o pasa una perseguidora abandonan el
carrito de supermercado, se alejan, disimulan y regresan pasado el
peligro a recuperar su mercancía.

Allí se sientan también alcohólicos cuyo olor dice que no tienen casas o
que no se han bañado en largo tiempo; es el lugar donde los proxenetas
"cuadran" con los extranjeros que van a buscar niñas y niños y, además,
es el punto de encuentro entre los que "no están en nada, como yo", hace
la distinción Angélica, que utiliza el sitio para quedar con sus amigas
dispersas por la ciudad.

A Kirenia Yalit, psicóloga y coordinadora de la Mesa de Diálogo de la
Juventud Cubana, le preocupan los niveles de vulnerabilidad de estos
muchachos. Cuenta que el domingo pasado había una adolescente tirada en
las escaleras de La Rampa, dormida o borracha, y nadie se cuestionaba
"¿qué hacía esa niña ahí?".

"Es que no son uno ni dos, y me pregunto si se ve que no exceden la
mayoría de edad. ¿De dónde sacan las bebidas alcohólicas? ¿Cómo es que
no hay una autoridad que intervenga cuando los ve bebiendo?".

Regina, gay y exestudiante universitario que va al BimBom para "hacer la
noche más larga", cuenta su experiencia: "Lo mismo quieren pagarte por
sexo que te apedrean si no andas al hilo. La otra noche uno me ofreció
10 pesos por algo sencillo. Se veía tiernecito, pero acepté. Niña, a
mala hora, me estaba esperando otro más en la esquina y quisieron
aprovecharse, pero ellos se olvidan que una sigue siendo un macho cuando
quiere".

"Los varones son machangos que hacen cualquier cosa por tener dinero.
Pero no sé quién está peor, porque las hembras se dividen en dos grupos:
las jineteras y las matadoras. Aquí te los encuentras hasta
universitarios; no sé cómo se pueden mezclar tantas cosas diferentes.
Supongo que así es el hombre nuevo".

Uno de los entretenimientos más "emocionantes" es tirar botellas al aire
o dejarlas correr loma abajo y esperar a que algún carro las pise y
exploten.

Source: El 'hombre nuevo' vacaciona en la calle 23 | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1470335936_24370.html